Plan International, organización que trabaja por los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas, ha alertado hoy de la necesidad de incorporar a las niñas y jóvenes a la acción climática, promoviendo su educación, formación profesional y oportunidades de empleo y emprendimiento en la economía verde, para garantizar una transición ecológica justa e igualitaria que no deje atrás las necesidades de las más vulnerables.
En el evento “Youth for Sustainability and Equality”, celebrado hoy en la Zona Azul de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 (COP25), la organización ha reunido a representantes de instituciones, sociedad civil, sector privado y movimientos juveniles para debatir sobre el papel de la juventud en la transición a una economía justa e igualitaria.
“El cambio climático, el trabajo decente, la igualdad de género y la erradicación de la pobreza son Objetivos de Desarrollo Sostenible profundamente interrelacionados y solo promoviendo la participación y la capacitación de las chicas en roles de liderazgo, con habilidades para la nueva economía verde, seremos capaces de garantizar una transición justa, que no deje a ninguna niña atrás, y construir un futuro que incorpore todo su potencial”, ha explicado Concha López, directora general de Plan International.
El panel ha contado con la participación de Jorge Pinto Antunes, representante de la Dirección General del Clima de la Unión Europea; Bridget Burns, directora de la Women’s Environment & Development Organization; Lucía Muñoz, responsable de Políticas Energéticas y Cambio Climático de Iberdrola y jóvenes que están liderando las movilizaciones por el clima en países como España o Nepal, y ha sido clausurado por Cristina Gallach, Alta Comisionada del Gobierno para la Agenda 2030.
Transición ecológica: justicia intergeneracional, social y de género
La organización ha recordado que el cambio climático es la mayor injusticia global, intergeneracional, de género y social de nuestra era: afecta a los derechos de las personas más excluidas y aumenta las desigualdades de género, especialmente en el caso de las niñas. En este sentido, ha solicitado que la promoción de los derechos de las niñas y las jóvenes, así como su participación y liderazgo en la toma de decisiones sobre cambio climático, dentro de las negociaciones, sea una de las máximas prioridades a nivel local e internacional.
A nivel global, se calcula que las mujeres sólo representan el 32% del total de los empleos del sector de las energías limpias, muy por debajo del 48% de la participación en el mercado laboral global. La desigualdad de género se repite en otros sectores generadores de empleo verde. Las mujeres son también minoría en el sector de la construcción sostenible, en la industria del reciclaje, en el nuevo sector de la producción de vehículos eléctricos y en la agricultura orgánica.
La digitalización de nuestras economías tiene un enorme potencial para mejorar la vida de la ciudadanía, la productividad y la desigualdad. Sin embargo, en 2017, solo el 15,6% de los profesionales TIC en España son mujeres, según datos de Eurostat. La serie de los últimos diez años muestra además que mientras que los profesionales TIC masculinos aumentan tanto en España como en la media europea, las profesionales femeninas son cada vez menos.
Las nuevas economías verdes deben promover la igualdad de género para que las jóvenes y las mujeres participen en el sector, eliminando los procesos discriminatorios y la brecha salarial de género. Además, se debe fomentar su participación activa tanto en las carreras STEM como en las habilidades verdes, especialmente en las chicas menores de 18, a través de la educación formal y no formal.
El cambio climático es la mayor injusticia global, intergeneracional, de género y social de nuestra era: afecta a los derechos de las personas más excluidas y aumenta las desigualdades de género
La organización ha instado a la acción urgente para que los gobiernos, en colaboración con la sociedad civil y el sector privado, adopten políticas que consideren a las niñas y jóvenes agentes de cambio y líderes en la lucha contra el cambio climático, creando entornos propicios que faciliten su participación política y social en la acción climática. Además, Plan International hace un llamamiento para que los gobiernos aumenten las partidas presupuestarias destinadas a una educación inclusiva y de calidad que ayude a las niñas a adaptarse al cambio climático, a ser medioambientalmente responsables y a participar en las decisiones de la acción climática. En este sentido, la organización recomienda:
- Mejorar el acceso de las niñas y las jóvenes a las STEM, a través de la promoción de referentes, abriendo oportunidades para que las niñas y las jóvenes puedan participar en la economía verde en un entorno más igualitario y solidario en materia de género.
- Apostar por competencias y oportunidades para que los y las jóvenes puedan emprender, cuestionando las normas sociales que impiden que las niñas y las mujeres jóvenes accedan a la educación y los empleos STEM.
- Que las instituciones y gobiernos fomenten el liderazgo de las niñas e incluirlas en el desarrollo, la implementación y el monitoreo de las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC) y los Planes de Adaptación Nacional.
Las crisis climáticas pueden comprometer los avances logrados en igualdad de género. Plan International defiende que solo la promoción de la justicia de género y la justicia climática de forma conjunta permitirán poner en marcha soluciones al cambio climático eficaces.